martes, 9 de mayo de 2017

UN RECIENTE ESTUDIO,CONFIRMA LA POSITIVIDAD DEL USO DE PROBIOTICOS,PARA MEJORAR EL MICROBIOMA INTESTINAL EN PERSONAS CON EL VIH 1

El uso de probióticos podría mejorar el microbioma intestinal de las personas con el VIH

Un probiótico que combina ocho cepas bacterianas se muestra seguro y prometedor en un ensayo piloto
Marta Villar - 09/05/2017
Según un estudio publicado recientemente en la revista Journal of Immunity, Inflammation and Disease,una formulación probiótica ayudaría a reconstituir la integridad física e inmunológica de la mucosa gastrointestinal en personas con el VIH-1 que se encuentran en tratamiento antirretroviral.
El tracto gastrointestinal está colonizado por una enorme cantidad de microorganismos que forma una compleja comunidad bacteriana denominada microbioma intestinal. La función principal del tracto gastrointestinal es separar estas bacterias de los órganos internos por medio de una única capa de células intestinales denominadas células epiteliales. Dichas células forman una barrera física e inmunitaria que previene la entrada de las bacterias intestinales en el torrente sanguíneo. Cuando esta barrera se ve alterada o comprometida puede producirse una traslocación de bacterias desde el tracto gastrointestinal hacia los tejidos y la circulación sistémica lo que podría incrementar el riesgo de infecciones.
Las células CD4 en el intestino trabajan para –entre otras funciones– mantener en equilibrio el microbioma intestinal, favoreciendo la presencia de microorganismos beneficiosos y colaborando en la eliminación de los de tipo patógeno. Durante los primeros 15 días tras la infección por VIH, el virus lesiona la pared intestinal y el sistema inmunitario asociado a mucosas, que alberga más del 90% de las células del sistema inmunitario. Como consecuencia de ello, el intestino se vuelve poroso, permitiendo el paso de bacterias intestinales a la sangre, lo que genera una hiperactivación e inflamación crónica persistente que se asocia, por lo general, a una variedad de comorbilidades tales como enfermedad cardiovascular, renal, diabetes y fracturas óseas.
Estudios previos han mostrado que las bacterias probióticas contribuyen a mantener la barrera gastrointestinal a través de una amplia variedad de mecanismos entre los que se incluyen la exclusión competitiva de bacterias dañinas y la liberación de componentes bioactivos, tales como el butirato que es la fuente principal de energía de las células epiteliales. En el contexto del VIH, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Washington (EEUU) en macacos halló que el uso de probióticos mejoró su función inmunitaria (véase La Noticia del Día 31-03-2016).
En el estudio piloto cuyos resultados ahora se presentan, un grupo de investigadores quiso evaluar la seguridad y el impacto sobre la mucosa gastrointestinal de Vivomixx© -una combinación de 8 cepas bacterianas probióticas que actúan de manera sinérgica- en pacientes con el VIH en tratamiento antirretroviral.
Los investigadores hallaron que diversos marcadores clínicos y bioquímicos mostraban una mejora de la integridad de la barrera epitelial intestinal y una reducción general de la inflamación sistémica. Entre ellos se observó un aumento de las células inmunes Th17 del tejido gastrointestinal, lo que resulta de especial de interés ya que es común entre las personas con el VIH que se produzca una disminución de estas células afectando a la función barrera intestinal. Asimismo, durante el estudio no se observaron efectos adversos relacionados con la seguridad del fármaco.
Los investigadores advierten que los resultados de este estudio no se pueden trasladar a todos los productos probióticos dado que los hallazgos clínicos de los probióticos sólo deben aplicarse a las cepas específicas evaluadas, particularmente cuando se trata de una población de pacientes potencialmente inmunodeprimida.
Actualmente se están llevando a cabo dos estudios, uno en EEUU y otro Canadá, que seguirán evaluando el impacto de Vivomixx© en la infección por el VIH. Uno de ellos es un estudio multicéntrico conducido por el grupo de ensayos clínicos del SIDA (ACTG, por sus siglas en inglés) cuyo objetivo es determinar si este probiótico reduce los daños provocados por la inflamación sistemática en personas infectadas por el VIH en comparación con un placebo. Se espera que los resultados de este estudio estén disponibles a principios de 2018.
Fuente: Business Wire / Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Guaraldi G, Orlando G, Zona S, et al. Premature age-related comorbidities among HIV-infected persons compared with the general population. Clinical infectious diseases: an official publication of the Infectious Diseases Society of America. 2011; 53(11):1120–1126.
Marchetti G, Tincati C, Silvestri G. Microbial translocation in the pathogenesis of HIV infection and AIDS. Clinical Microbiology Reviews. 2013; 26(1):2–18.

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