miércoles, 10 de julio de 2013

ADIOS A CONCHITA BAUTISTA.....

CONCHITA A PASTORA  
          
 


El 18 de marzo de 1961 una estupenda mujer con bata de cola desfilaba por el escenario del Palais des Festivals de Cannes, en la glamurosa riviera francesa. Esa bata de cola, mantilla española y aires a lo flamenco pop con los que debutamos hubiesen sido totalmente baladí si dentro no hubiese ido una gran estrella de la canción como es nuestra querida Conchita Bautista. Hablamos de una sevillana que con su garra y salero no sólo iniciaba nuestra andadura eurovisiva, sino que también era la primera andaluza que pisaba tan insigne escenario festivalero.

Eran los años del blanco y negro, de una televisión modesta que se iba abriendo camino en Europa desde aquella nuestra primera conexión vía Eurovisión con la boda de los reyes de Bélgica, Balduíno y Fabiola en 1960.

Cincuenta y un años después del aquel mítico Cannes estamos alerta de nuevo, con el ansia que caracteriza al eurofán, gracias a otra sevillana que nos hará vibrar en Bakú el próximo 26 de mayo. Hablo de Pastora Soler, una de las cantantes más reconocidas en el panorama musical español en la última década. Polifacética y enérgica, se atisba una gran actuación que seguro no va a dejar a nadie indiferente. De Conchita a Pastora, de sevillana a sevillana, la maravillosa tierra andaluza ha estado bien representada en estos años de transcurso eurovisivo.

Hemos llevado artistas de Sevilla, Jaén, Cádiz, Málaga, Granada y Córdoba. Ha sido todo un abanico de cantantes que nos han dejado un gran recuerdo, unos con mejor fortuna y otros con peor. Pero eso es como todo, con algunos las canciones eran peores que la calidad del cantante. Hubo casos muy evidentes. Estuvo demostrado que algunas voces sobre pasaban lo meramente comercial y de consumo rápido, porque jugaban en otra división que para nada tenía que ver con lo efímero que resulta a veces este nuestro amado Festival.


Estando contigo fue nuestro primer tema en Eurovisión. La canción se hizo pocos meses después del show un mito de la música española gracias a la versión de una niña Marisol, una de aquellas artistas que nunca entendí como no nos representó en Eurovisión algún año. Pero como ese tema no toca ahora, voy con Conchita Bautista. Gracia y salero no le faltó. El tema resultaba muy atractivo por la energía puesta por una artista que estaba acostumbrada a los tablaos flamencos, a currarse los escenarios más complicados de aquella España tan dura y gris de los cincuenta.

La Bautista nació en Sevilla en 1936 y su carrera se inició siendo apenas una adolescente. Fue de Sevilla a Madrid, como muchas de las de bata y peina de aquellos años, para probar suerte en teatros y programas de radio caza talentos. Hizo colaboraciones en el cine y tuvo una lluvia de contratos tras muchos años de trabajo intenso para ser la primera apuesta de Radio Televisión Española en aquel Festival de 1961. Quedamos en el puesto noveno con ocho puntos, pero como la gran Fornarina pisamos fuerte a golpe de tacón y volantes. Fue tanto su éxito en esa década, que volverá a Eurovisión en 1965. De nuevo aterriza en las costas mediterráneas, pero ahora en Italia, Nápoles. Era 1965 y con el Qué bueno, que bueno llegaron los toques más pop y flamencos en un intento por conquistar a Europa con nuestro arte, como es natural más comprendido dentro que fuera de nuestras fronteras. No importó el cero, no importó ese último puesto compartido con Bélgica, Alemania y Finlandia. Los votos se daban de otra forma y se creaban esa birria de resultados. Conchita ese año enamoró a la prensa de la época por su gran belleza, incluido al cantante francés Guy Mardel, que lo tenía loquito.


En cuanto a la actuación, mejor no se podía cantar, y salir con más ganas y fuerza, tampoco. Simplemente esta vez no convenció tanto a los jurados internacionales. Pero ella siguió cosechando éxitos, presentando programas de televisión en nuestro país, haciendo películas y en los setenta llegó el bajón, pero por cuestiones personales que la hicieron abandonar la escena tras el fallecimiento de su única hija. Con todo, sigue siendo una de las representantes más queridas por los seguidores del Festival al cabo de los años. 

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