Castro necesita inversiones con urgencia y ofrece a los empresarios casi 500 kilómetros en el Puerto de Mariel, la joya de la corona
Todo está por hacer en Cuba y los empresarios españoles se quieren anticipar a las potentes compañías de Estados Unidos y a la comunidad de origen cubano que vive a pocos kilómetros y tiene una pujante capacidad inversora en la sala de espera. Turismo, energía,construcción, alimentación... El contexto en el mundo de los negocios es muy diferente desde que el actual presidente norteamericano, Barack Obama, anunció un eventual levantamiento del embargo del país a la isla después de medio siglo de relaciones congeladas.
Aunque aún hay muchos interrogantes por resolver, los empresarios españoles ya hacen números para desembarcar en la isla caribeña donde ya viven más de cien mil españoles. Más aún cuando el Gobierno de Raul Castro les ha dado a entender que necesita inversiones con urgencia. Su oferta es suculenta: 465,4 kilómetros cuadrados al oeste de La Habana, a menos de 50 kilómetros.
La Zona Especial de Desarrollo Mariel es la mayor baza de Castro para construir uno de los principales motores de la economía nacional: una zona franca de importación, exportación y fabricación, capaz de recibir buques pos-panamax: los de mayor calado, que pueden cargar hasta 9.000 contenedores y no pueden pasar por el actual Canal de Panamá. La ampliación del histórico puerto cubano, en la entrada del golfo de México y frente a las costas norteamericanas, es en estos momentos uno de los proyectos de desarrollo económico más ambicioso de Iberoamérica.
Para preparar el desembarco español la semana pasada aterrizaba en la isla el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, acompañado por el vicepresidente de CEOE, Joaquín Gay de Montellá, y el director del departamento de Relaciones Internacionales e Institucionales, Narciso Casado, además de representantes de la Cámara de Comercio de España. Y con ellos, más de 40 empresas españolas.
García-Legaz y las delegaciones empresariales han mantenido encuentros con las autoridades cubanas, con el vicepresidente delConsejo de Ministros, Ricardo Cabrisas, el presidente del Banco Central, Ernesto Medina, y cinco ministros: Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Turismo, Construcción, Industria, Energía y Minas. El ambiente en el que se mueve el mundo de los negocios es diferente desde el anuncio de la distensión con Washington, el pasado 17 de diciembre, aunque España ya lleva terreno ganado; ha mantenido sus inversiones pese a los vaivenes políticos.
La «crème de la crème» del tejido empresarial español como Sacyr,Técnicas Reunidas, Gestamp, Elecnor o Gamesa, ya diseñan su futuro en la isla. Inversiones que irán precedidas de medidas de apoyo por parte del Gobierno. Así, por ejemplo, el Banco de España flexibilizará las provisiones exigidas a las entidades financieras que concedan créditos para proyectos empresariales en la isla, lo que se traducirá en un menor riesgo para los bancos a la hora de financiar actividades en Cuba.
El levantamiento del castigo irá de la mano de un mayor respaldo para las pymes. Así, la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (Cesce) modificará su política de cobertura de riesgos respecto a Cuba, lo que supone reanudar la cobertura que quedó interrumpida en el año 2000. El seguro de crédito a corto plazo se retomará con avales para proyectos de pymes españolas comprendidos entre 250.000 y un millón de euros.
Aunque las nuevas oportunidades de financiación facilitarán el salto de las empresas españolas a Cuba, las compañías nacionales ya están interesadas en invertir en la isla caribeña. Nuestras compañías quieren participar en los proyectos cubanos de energía, telecomunicaciones, transportes o infraestructuras alentados por los 246 proyectos prioritarios para el país para buscar inversiones extranjeras que ya ha publicado el Gobierno de Raúl Castro. A cambio, promete cambios fiscales y medidas liberalizadoras en el Puerto de Mariel.
En los próximos meses se podrían materializar inversiones de cadenas hoteleras españolas con el apoyo financiero de entidades también españolas, para los planes de desarrollo de la capacidad hotelera en la isla, sobre todo en el segmento de los 4 y 5 estrellas. Algunas con proyectos nuevos y otras para modernizar lo que ya tienen, porque lallegada de turistas, sobre todo, norteamericanos tras el levantamiento del bloqueo se espera que sea masiva. Y la isla no dispone de suficientes camas hoteleras para atender la previsible demanda de clientes vecinos.
Hoteles, pero también energía. Existe interés entre las empresas españolas por invertir en energías renovables, área en la que España es líder; el filón se abre en los casos de eólica y fotovoltaica. Oportunidades que también se extienden a la construcción, un sector copado en estos momentos por empresas francesas, que se abre también para las firmas españolas y no sólo para construir hoteles, también para rehabilitar edificios.
El sector de la alimentación espera nuevas inversiones en la isla, teniendo en cuenta la creciente demanda de frutas, verduras,cárnicos y embutidos por el boom turístico. En un país de agricultura rural, la transformación industrial de alimentos está pendiente para un consumo que va claramente en aumento.
El comercio de España con el país roza los 1.000 millones de euros al año, una cifra que convierte a España en el tercer socio comercial de la isla, después de Venezuela y China. La inversión acumulada en 2012 se situó por encima de los 245,5 millones de euros, lo que confirma a nuestro país como primer socio comercial e inversor de la Unión Europea. Las lazos históricos, ayudan.
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